Arquitectura que consume poca energía
La energía es básica para la vivienda contemporánea, no solo para iluminar en la noche, sino para refrigerar y calentar nuestros espacios y alimentos. Las tecnologías han pedido más demanda de consumo energético cada vez, entre dispositivos electrónicos que hoy son parte de nuestra vida cotidiana, teléfonos cargados, computadoras encendidas todo el día, televisores, microondas, refrigeradores, duchas eléctricas, estufas eléctricas, calefacción, aire acondicionado, secadoras de pelo, lavadoras, planchas de vapor, cafeteras y un sinfín de artefactos que nuestras viviendas ocupan que requieren un alto consumo energético que seguimos cargándole a las compañías de electricidad, mismas que adquieren la energía de recursos combustibles fósiles, como el petróleo, el carbón y el gas, que son recursos limitados que en algún momento se agotarán.
ejemplo donde el invernadero favorece a calentar e iluminar en climas fríos
Y aunque en la actualidad se apunta más a producción de energía renovable como la eólica, la solar, la hidráulica y la biomasa, todos los procesos de producción de energía tienen impacto ambiental, ya sea por el transporte, producción y uso de esta.
Por lo que el arquitecto tiene la responsabilidad de orientar y manipular su arquitectura de la mejor manera para economizar estos recursos y reducir los índices de CO2, porque existe una gran relación entre los edificios y el cambio climático, se podría decir que la responsabilidad del calentamiento global viene de la mano con la mala planeación a la hora de construir edificios, desde su elaboración y durante toda su vida útil.
Desde siempre han existido estrategias básicas para que el habitar un espacio sea más útil y cómodo, y muchos arquitectos modernos han ignorado estas reglas simples que si se llevaran a cabo podríamos ahorrarnos hasta un 30% de consumo energético en una vivienda tipo.
Algunos puntos a reconsiderar en la hora de la planificación son los siguientes:
-la Ubicación. El sol siempre entra y sale por el mismo lado.
Si tenemos bien entendido que incluso fuera de las zonas ecuatoriales y en las latitudes medias de los inviernos del hemisferio norte, el sol siempre se levanta por el este y se acuesta por el oeste. La variante de salir por el noreste o sureste depende de las estaciones del año y lo mismo pasa con su entrada por la tarde, si nos ayudamos de la orientación para diseñar, lograremos tener más luz natural,calor y sombra donde lo necesitamos.
La altitud del sol sobre el horizonte varía en cada lugar del mundo, y cambia según estaciones del año, pero si hacemos una investigación de la angulación que tiene el sol a lo largo del año en nuestro predio, podríamos considerar elementos sensibles al clima, como jardines de cierto tipo que pueden quemarse fácilmente o materiales que con gran exposición a la radiación solar puedan tener menos tiempo de vida útil.
No olvidemos el efecto Lupa. Los rayos del sol se transforman en calor en contacto con casi todas las superficies, pero el emplear vidrios en zonas asoleadas puede crear espacios de invernadero no deseados o en zonas frías podría servirnos de ayuda para calentar el espacio y recurrir menos a la calefacción. Si se quiere refrescar una habitación cualquiera será mejor impedir a toda costa la entrada de los rayos solares directos, pero sin perder la luz natural que también es un elemento importante a la hora de diseñar espacios sustentables.
La topografía como aliada. Antes de empezar a emparejar todos los terrenos para construir más fácil, habría que estudiarnos un poco si la topografía no nos resultaría a favor, las colinas y los valles accidentados pueden cubrir la edificación de los fuertes vientos y una topografía accidentada también nos permite resguardarnos del calor del exterior, la tierra suele estar más fresca, así que el enterramiento parcial o completo de las habitaciones a veces resulta la guarida más eficiente para contrarrestar las altas temperaturas y mantenernos en la temperatura estable de la tierra.
ejemplo donde la topografía se aprovecho para el diseño de la vivienda
El agua es una fuente de refrigeración gratuita. Si es posible diseñar estanques, lagunas o piscinas en climas cálidos, estas siempre favorecerán la humedad del ambiente y el aire que circula, en las costas siempre se tendrá que orientar la ventilación de cara al mar.
Diseña en torno a los arboles existentes, a veces se comete el gran error de tumbar arboles porque estorban a un diseño, pero aprovecharlos siempre será más inteligente, inclusive hay quienes los adaptan a su arquitectura en interiores, si se pueden respetar del todo cuidando que sus raíces no dañen el edificio ni que el edificio dañe las raíces podríamos obtener de ellos frescura natural y sombra.
La manera en que construyes puede protegernos del viento, los patios interiores en lugares de grandes ventiscas pueden cubrir el edificio y evitar que enfríe de más.
Observar a los lugareños: nada como llegar a un sitio a construir y basarte en la experiencia de los que ya habitan ahí y conocen como se comporta el clima, en lugares donde la población vive en armonía con su entorno lo primero será respetar su estética popular e imitar su manera de vivir si es que esta parece funcional, materiales, alturas, y tipo de vegetación serán la clave para entrar desapercibido sin afectar el entorno.
El problema no es el mismo si la arquitectura trabaja a tu favor para crear una vida más cómoda y sustentable, entre las tantas soluciones existentes para ahorrar energía las mencionadas se refieren más a la ubicación de la casa, pero existen soluciones con materiales, de diseño interior y de volumetrías generales que además ayudan también a generar espacios más sustentables.